Desde el primer día, me lo he quitado literalmente en dos momentos puntuales. Es comodísimo (lo llevo en el índice de la mano izquierda y no molesta nada) , luce un montón (muchas personas me han preguntado de dónde es) y he comprobado que sobrevive intacto a lavados de manos, playa, piscina y agenda diaria. No tenía claro por qué anillo decidirme, y María me recomendó este si le iba a dar trote. Ha sido un aciertazo!